La música de la vida
La música para mí es como el aire. Nos envuelve. Me permite vivir.
Hacer memoria de mi vida implicaría volver a escuchar toda la música que
he sentido. Todo tiene música en la vida y cada momento, cada persona,
cada lugar, tiene su propia melodía. Sólo hay que escuchar, prestar
atención y hacer un poco de silencio y, como de forma mágica, poco a
poco irá apareciendo el sonido. Al prinicipio es un sonido muy leve,
como lejano, pero enseguida el murmullo se convierte en sonido
claramente audible y el ritmo se apodera de toda la cabeza.
Los menos acostumbrados sólo lo oyen en situaciones muy especiales.
Algunos, desgraciadamente, son sordos incapaces de atender a la más
mínima vibración. Pero los que gozamos de la capacidad de oir el sonido
de la vida, sabemos qué es la música y a qué suena cada instante de
nuestras existencias.
La música cambia, no siempre suena la misma en los mismos lugares o con
las mismas personas. Cada persona tiene una música especial que si
sabes descubrirla te conquista. La luz de cada momento del día, la
escalera que subimos todas las mañanas, el encuentro con la persona
amada, una tarde de invierno mirada a través de la ventanilla de un
tren... Sin embargo, con sólo un cambio de matiz en esa luz, con un
cambio de objetivo al subir esa escalera, con que sólo el tren nos
conduzca de regreso a casa después de un hermoso encuentro o de un
triste suceso, la música cambiará de melodía y de ritmo.
La poesía de un momento reside más en su música que en el momento en sí
y, muchas veces, es el sonido de esa música el que nos permite
acercarnos a la huidiza idea del paraíso.
Probad a escucharla, probad a comprobar como el Metro suena como una
sinfonía de Cristobal Halfter, que el éxito en un encargo suena como las
voces de un coro renacentista, que una cita a ciegas suena a banda
sonora de Pulp Fiction, que un domingo soleado suena a Chris Isaak, que
un viernes a las once de la noche suena a Police, que la melancolía
suena a ritmo de blues y el violín tiene la fuerza del que sabe su
propio destino. Mi último descubrimiento es que en la Calle Giusseppe
Verdi a la altura del Café BomBom y antes de llegar a la Academia de
Brera en Milán suena un solo de flauta que podéis encontrar (además) en
la banda sonora de la película Blue.
¿Qué música suena ahora en tu cabeza?
tomado de: http://odyseo.zonalibre.org/archives/065482.html
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